DELINCUENCIA Y SUS JUECES El cerebro del agente policía Por Wilfredo Mora El autor es criminólogo y perito forense* | |||||||
No se trata de la historia narrada por Alfred Henry Jarry (1873-1907), escritor hilarante y maestro del teatro del absurdo, quien dijo cierta vez, que si practicamos una autopsia, en el cerebro de los agentes policiales, descubriremos que está vacía y rellena de diarios, porque la experiencia de las noticias impresas da cuenta de los miles y miles de ciudadanos muertos, y que ahora no son más que noticias, desgraciadamente, muertos a manos de estos infelices. Esta “mercadería” que es los muertos a manos de los agentes policiales es menos rara que la sustancia cerebral de esa pobre alma, que es el agente de policía. | |||||||
Si los cerebros de los policías no están enteros, es porque éstos se han convertidos en víctimas del deber. Y el terror de los ciudadanos se torna evidente, por aquello de que hay un “adversario capaz de saltar la tapa de los sesos” y el daño tan anodino que puede producir, se le ve como “una aguja de ropavejero en un tacho de basuras”. La Jefatura de la Policía Nacional promete ser una editora de diarios. Clama en contra de los delincuentes y mantiene llena de diarios los cerebros de los policías. Los agentes, encargados de velar por el reposo de los ciudadanos, constituyen –visto así el asunto– un peligro público con la cabeza rellenada. De nada sirve obligar a un agente de policía a que estudie un manual de conducta policial. Su stress policial ya es un “eficiente y peligroso segundo hombre llevado a bordo.” La institución policial ha llenado de la más completa y errónea disciplina a estos seres. La obediencia a los superiores es absoluta y el cumplimiento de las órdenes, es extrañamente jerárquica: el recluta teme al superior, como el niño al padre autoritario. Los agentes de policía no tienen salud, si recurren a la violencia es signo de enfermedad. La labor que realizan los agentes de la Policía es diferente a cualquier trabajo realizado por un ciudadano común, ello hace que este mismo agente policial, sujetado por la institución, termine adaptando todas sus actividades de una manera peculiar, que le obliga a funcionar de manera anormal, por veces, dejando que sus actividades interfieran en la dinámica de su salud, en su equilibrio y bienestar. También la ciudadanía está dolorosamente conmovida, pero de ninguna manera la institución policial está asombrada ante este problema que todos deseamos que cambie ya. |
Este blog está designado para trabajar con la asignatura tecnología de la Comunicacion. Además lo estaré utilizando para publicar algunos datos que puedan ser conveniente para el desarrollo de la tecnología.
domingo, 6 de marzo de 2011
La delincuencia policial en Santiago,R.D
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